Título: GENTLEMAN JIM
Autor: RAYMOND BRIGGS
Editorial: ASTIBERRI
Páginas: 32
PVP: 12 €
Comienzo mi breve comentario del Gentleman Jim de Raymond Briggs saludando primero la extraordinaria labor que viene realizando Astiberri, empeñada como está en llenar la estantería de los lectores de buenos tebeos, cuidadosamente editados. Con apenas diez años de historia, la firma bilbaína posee ya un catálogo envidiable, cargado de obras significativas de la historieta reciente y en el que se alternan con rigor estético lo mejor de la producción internacional y nacional, toda una hazaña en los tiempos que corren. Hablamos mayormente de libros que trascienden los géneros, libros de autor, que son algo así como los pulmones del medio, un modo de oxigenar el imparable flujo de novedades.
Y tiene uno aquí mucho donde elegir: Paco Roca, Fermín Solís, David Rubín, Luis Durán, Lewis Trodheim, Craig Thompson, Jason Lutes, Frederik Peeters, entre el largo etcétera. Aunque, si me preguntan, les diré que de todos los nombres publicados por Astiberri, mi auténtica debilidad es Paul Hornschemeier, del que se anuncia nueva obra para 2010, la traducción de Life with Mr. Dangerous, el serial visto en las páginas Mome. (Por cierto, ya que La Cúpula parece haberse desentendido de la cabecera, ¿para cuándo una edición de Mome en Astiberri? Y puestos a pedir, ¿qué tal una traducción de los inéditos de Hornschemeier, y de Anders Nilsen?)
Pero centrémonos. El descubrimiento de la edición en nuestro idioma de Gentleman Jim ha sido uno de esos raros momentos de felicidad que sobrevienen inesperadamente. Les cuento que tomé el librito de la estantería sin posar apenas los ojos en él, temiendo que fuese a evaporarse entre mis dedos, y lo compré sin alboroto, ansiando desde ese mismo momento su lectura, a la que dediqué el momento de calma que se merece. Verán, para todos los que nos emocionamos en su día con Cuando el viento sopla, el británico Raymond Briggs es uno de esos nombres guardados celosamente en el recuerdo. Con una estética más cercana a los grandes libros de la literatura infantil que al propio arte de la historieta, y gracias a la cualidad orgánica de una línea sutil, una monótona composición de página que impone un ritmo suave a la historia, el rotulado manual y ligeramente desordenado, y la fantástica adición del inconfundible coloreado, Briggs es un maestro de la emoción.
Gentleman Jim fue publicada originalmente en 1980, dos años antes de Cuando el viento sopla, y ambos libros comparten matrimonio protagonista, Jim y Hilda. En la que nos ocupa, Briggs narra con un humor que nace directamente de la compasión, los deseos irrealizables de Jim, un limpiador de aseos que sueña con dejar su empleo y convertirse en soldado, artista o vaquero del lejano oeste. El resultado es un retrato honesto y enternecedor de la rutinaria existencia de una generación de personas sencillas, ancladas en un mundo que desaparece lentamente en la contemporaneidad. Una lectura hermosa y que se agradece. Una joya.
Javier Fernández
27 febrero 2010
24 febrero 2010
EL SENTIDO DE LA MARAVILLA
Título: Capitán Britania y el MI - 13: nº01 (Invasión Secreta) / Capitán Britania & MI-13 1-4 USA
Los tres ¿únicos? tomos que componen la cancelada serie del CAPITAN BRITANIA Y EL MI-13 son un retorno a la fantasía desbocada y exótica para Marvel, con un apropiado sentido evocador de la épica que toca los resortes justos en la narración para que la trama avance con progresivo interés desde la obligada INVASIÓN SECRETA que inundó todas las colecciones de la editorial americana, y sirve de punto de partida para la nueva formación del supergrupo británico, hasta la batalla final contra el imaginativo ejército lunar de Drácula, en una saga acertada y heredera de la añorada serie LA TUMBA DE DRÁCULA, donde brillan personajes poco vistos recientemente y retomados con ganas de aportarles garra, como Eric Brooks (alias Blade), del que casi todos habíamos olvidado su nacionalidad británica desde la popular trilogía cinematográfica con su nombre, de la que toma los mejores aspectos para distanciarse en lo que convenientemente necesita para revelarse como figura propia de cómic con un bagaje a tener en cuenta. O el propio rey de los vampiros, con el cariz de un carismático supervillano, lo que lo distingue para Marvel como “su” Drácula, ambicioso, inteligente y arcaicamente racista.
Todos ellos, desde el astuto Pete Wisdom al valeroso Capitán Britania, pasando por el Caballero Negro y su nuevo y peculiar escudero - portador en este caso de Excalibur -, entre otros, están perfectamente definidos y situados en el contexto de la aventura para sacarles el máximo partido, con humor, dramatismo y un ameno sentido tópico de lo británico a cargo de Paul Cornell, uno de los escritores de las nuevas temporadas (desde 2.005) de la teleserie inglesa DOCTOR WHO, con la que el cómic comparte el tono clásico a la par que refrescante, un envidiable retorno al sentido de la maravilla.
J.A.Santiago
Autor: Leonard Kirk, Scott Hanna, Jesse Delperdang
Editorial: Panini
Formato: Libro Rústica, 96 págs., color.
PVP: 5,95 €
Los tres ¿únicos? tomos que componen la cancelada serie del CAPITAN BRITANIA Y EL MI-13 son un retorno a la fantasía desbocada y exótica para Marvel, con un apropiado sentido evocador de la épica que toca los resortes justos en la narración para que la trama avance con progresivo interés desde la obligada INVASIÓN SECRETA que inundó todas las colecciones de la editorial americana, y sirve de punto de partida para la nueva formación del supergrupo británico, hasta la batalla final contra el imaginativo ejército lunar de Drácula, en una saga acertada y heredera de la añorada serie LA TUMBA DE DRÁCULA, donde brillan personajes poco vistos recientemente y retomados con ganas de aportarles garra, como Eric Brooks (alias Blade), del que casi todos habíamos olvidado su nacionalidad británica desde la popular trilogía cinematográfica con su nombre, de la que toma los mejores aspectos para distanciarse en lo que convenientemente necesita para revelarse como figura propia de cómic con un bagaje a tener en cuenta. O el propio rey de los vampiros, con el cariz de un carismático supervillano, lo que lo distingue para Marvel como “su” Drácula, ambicioso, inteligente y arcaicamente racista.
Todos ellos, desde el astuto Pete Wisdom al valeroso Capitán Britania, pasando por el Caballero Negro y su nuevo y peculiar escudero - portador en este caso de Excalibur -, entre otros, están perfectamente definidos y situados en el contexto de la aventura para sacarles el máximo partido, con humor, dramatismo y un ameno sentido tópico de lo británico a cargo de Paul Cornell, uno de los escritores de las nuevas temporadas (desde 2.005) de la teleserie inglesa DOCTOR WHO, con la que el cómic comparte el tono clásico a la par que refrescante, un envidiable retorno al sentido de la maravilla.
J.A.Santiago
22 febrero 2010
BARRY SMITH, OTRA VEZ
Título: THE BARRY WINDSOR-SMITH ARCHIVES
Autor: ROY THOMAS (guión) y BARRY SMITH (dibujos) Editorial: DARK HORSE
Páginas: 272
PVP: 49,99 $
He aquí la enésima reedición de los tebeos de Conan the Barbarian dibujados por Barry Smith, primeros de la primera serie de historietas del célebre cimmerio creado por Robert E. Howard en la década de 1930. Me refiero al personaje, claro; los tebeos son de principios de los setenta. He perdido la cuenta de las veces que se han editado estos cómics en España: a color, en blanco y negro, en formato minúsculo, en formato gigante, con las viñetas redibujadas por los bordes, con recoloreado digital, en cuadernillo, encuadernados en tapa dura, en antologías... No me atrevería a afirmar que son los más reeditados de nuestra historia, pero... ¿lo son?
Y caray, los tebeos son interesantes aunque todo esto me parece un poco excesivo. Vean que cada nueva edición es distinta de la anterior, nuevas portadas, nuevo formato, algún que otro texto escrito ex profeso, no sé, cualquier cosa vale. A uno se le ocurre que podría confeccionarse una edición, digamos, definitiva e ir reimprimiéndola para las nuevas generaciones de lectores, pero claro en esto de los cómics ya se sabe, generalmente los compran los que ya los tenían, por aquello del coleccionismo. Así que, bueno, por lo menos que luzca distinto en la estantería, ¿no?
En fin, desahogos aparte, este nuevo volumen de Dark Horse tiene su encanto y su polémica. Pero mejor les refiero primero el contenido. Aquí están los primeros once números de la citada colección editada en su día por Marvel, todos ellos guionizados por Roy Thomas, el escritor que mejor ha entendido al personaje en el medio este de las viñetas y los bocadillos, y dibujados, también todos, por un imberbe Barry Smith que hacía aquí los primeros, bueno, más bien los segundos pinitos en el arte de la historieta. Y claro, al muchacho se le notan las espinillas. Faltan los números que se dicen más personales, que quedan emplazados para el segundo y último volumen de la antología, de próxima aparición, aunque, todo sea dicho, siempre he encontrado en estos un algo especial, un encanto propio que los reinvindica de por sí. De los once, cuatro adaptan textos originales de Conan y otros tres interpretan escritos de Howard. Todo muy libremente, se entiende, pero algo siempre queda. Por su parte, Barry va despegando número a número y, por rudimentaria que sea, su visión del personaje sigue siendo la más sofisticada, elegante y entrañable.
Lo de la polémica que les mencionaba tiene que ver con el anuncio por parte de Dark Horse de que se iban a utilizar los colores originales para esta edición, y esa sí hubiese sido, quizá, la edición soñada; pero no, a última hora echaron mano de la reinterpretación digital que ya figuraba en su catálogo. Una lástima. Pero les decía también que tiene su encanto, no el color sino la edición, con sus pastas de cuero y sus letras doradas hundidas en portada.
Eso sí, cuesta un ojo de la cara y no dudo de que ya tienen los tebeos en su colección, así que ¿a qué esperan para comprarlo? Queda bonito en la estantería.
Javier Fernández
Autor: ROY THOMAS (guión) y BARRY SMITH (dibujos) Editorial: DARK HORSE
Páginas: 272
PVP: 49,99 $
He aquí la enésima reedición de los tebeos de Conan the Barbarian dibujados por Barry Smith, primeros de la primera serie de historietas del célebre cimmerio creado por Robert E. Howard en la década de 1930. Me refiero al personaje, claro; los tebeos son de principios de los setenta. He perdido la cuenta de las veces que se han editado estos cómics en España: a color, en blanco y negro, en formato minúsculo, en formato gigante, con las viñetas redibujadas por los bordes, con recoloreado digital, en cuadernillo, encuadernados en tapa dura, en antologías... No me atrevería a afirmar que son los más reeditados de nuestra historia, pero... ¿lo son?
Y caray, los tebeos son interesantes aunque todo esto me parece un poco excesivo. Vean que cada nueva edición es distinta de la anterior, nuevas portadas, nuevo formato, algún que otro texto escrito ex profeso, no sé, cualquier cosa vale. A uno se le ocurre que podría confeccionarse una edición, digamos, definitiva e ir reimprimiéndola para las nuevas generaciones de lectores, pero claro en esto de los cómics ya se sabe, generalmente los compran los que ya los tenían, por aquello del coleccionismo. Así que, bueno, por lo menos que luzca distinto en la estantería, ¿no?
En fin, desahogos aparte, este nuevo volumen de Dark Horse tiene su encanto y su polémica. Pero mejor les refiero primero el contenido. Aquí están los primeros once números de la citada colección editada en su día por Marvel, todos ellos guionizados por Roy Thomas, el escritor que mejor ha entendido al personaje en el medio este de las viñetas y los bocadillos, y dibujados, también todos, por un imberbe Barry Smith que hacía aquí los primeros, bueno, más bien los segundos pinitos en el arte de la historieta. Y claro, al muchacho se le notan las espinillas. Faltan los números que se dicen más personales, que quedan emplazados para el segundo y último volumen de la antología, de próxima aparición, aunque, todo sea dicho, siempre he encontrado en estos un algo especial, un encanto propio que los reinvindica de por sí. De los once, cuatro adaptan textos originales de Conan y otros tres interpretan escritos de Howard. Todo muy libremente, se entiende, pero algo siempre queda. Por su parte, Barry va despegando número a número y, por rudimentaria que sea, su visión del personaje sigue siendo la más sofisticada, elegante y entrañable.
Lo de la polémica que les mencionaba tiene que ver con el anuncio por parte de Dark Horse de que se iban a utilizar los colores originales para esta edición, y esa sí hubiese sido, quizá, la edición soñada; pero no, a última hora echaron mano de la reinterpretación digital que ya figuraba en su catálogo. Una lástima. Pero les decía también que tiene su encanto, no el color sino la edición, con sus pastas de cuero y sus letras doradas hundidas en portada.
Eso sí, cuesta un ojo de la cara y no dudo de que ya tienen los tebeos en su colección, así que ¿a qué esperan para comprarlo? Queda bonito en la estantería.
Javier Fernández
17 febrero 2010
CAMELOT DERRUIDO
Título: La Torre Oscura: Largo camino a casa
Creí entrar en contacto con el particular universo de LA TORRE OSCURA a través de los cómics que Marvel (en España a través de PANINI) está editando en los últimos años a modo de precuela independiente de la obra literaria anterior de Stephen King.
Y así fue, pero no del todo. Conforme aumenta mi limitado conocimiento de Mundo Medio y su mitología multiversal, más evidentes se hacen sus reconocidas conexiones con gran parte de las populares novelas del prolífico escritor de Maine. Estos cruces de caminos en sus obras - a veces anecdóticos, otras puede que fundamentales - se hacen evidentes cuando personajes como Marten Broadcloak (el hechicero de LA TORRE OSCURA) se deja ver en distintos cuentos - como APOCALIPSIS - con alguno de sus otros nombres o aspectos, fuera de los márgenes de Mundo Medio.
Quizás como yo no hayáis leído muchos libros de la extensa bibliografía que King ha realizado a lo largo de varias décadas, pero os sonaran muchos de sus personajes y situaciones comunes sugeridas al menos ( y con variable acierto) en las múltiples adaptaciones cinematográficas y televisivas de sus historias. Ahondando un poquito en las miniseries de LA TORRE OSCURA - el cómic que nos ocupa - , y en los extras ilustrativos a modo de complemento que contiene su edición en grapa (hay otra más escueta en manejables tomitos) se paladea una porción importante de esa dimensión metafísica de oscuras cosmogonías que suelen asomarse de soslayo en reconocibles elementos de sus fantasías (el personaje de turno dotado con la videncia, llámese “resplandor“, “toque” o como se prefiera, que le permite vislumbrar una realidad algo diferente, plagada en ocasiones de terrores cósmicos y aspectos oníricos, por ejemplo), y se aporta mayor justificación y coherencia a aspectos concretos de ese “otro” plano que a menudo comprensiblemente chirrían en los films inspirados en sus novelas (la araña sobrenatural de IT, como muestra) o son parte básica de la trama como un eco emancipado de la melodía principal de LA TORRE OSCURA (valga esa monstruosa dimensión paralela que se comunica con la nuestra en LA NIEBLA) y que da una sensación de universo de ficción cohesionado, aunque no sincronizado, en tan dilatada trayectoria y variadas adaptaciones en diferentes medios.
A esta gruta de peculiares dioses ascentrales, y contemporáneos al tiempo, hay que cogerle el punto para disfrutarla, y en los cómics sobre el joven pistolero de Gilead (Roland Deschain, protagonista de la saga literaria de LA TORRE OSCURA), hay destellos del moderno Mark Twain que se ha asomado en ocasiones a obras como CUENTA CONMIGO, CADENA PERPETUA o CORAZONES EN LA ATLÁNTIDA, embutido en un western artúrico y trágico donde cabe la ciencia ficción, el melodrama y el horror, quizás descrito con tan siniestra belleza como compasiva distancia hacia los personajes en sus ilustraciones.
J.A. Santiago
Edición original: The Dark Tower: The long road home
Autor: Peter David, Jae Lee y Richard Isanove.
Editorial: De Bolsillo
Formato: Libro rústica, 140 págs., color.
PVP: 14.95 €
Creí entrar en contacto con el particular universo de LA TORRE OSCURA a través de los cómics que Marvel (en España a través de PANINI) está editando en los últimos años a modo de precuela independiente de la obra literaria anterior de Stephen King.
Y así fue, pero no del todo. Conforme aumenta mi limitado conocimiento de Mundo Medio y su mitología multiversal, más evidentes se hacen sus reconocidas conexiones con gran parte de las populares novelas del prolífico escritor de Maine. Estos cruces de caminos en sus obras - a veces anecdóticos, otras puede que fundamentales - se hacen evidentes cuando personajes como Marten Broadcloak (el hechicero de LA TORRE OSCURA) se deja ver en distintos cuentos - como APOCALIPSIS - con alguno de sus otros nombres o aspectos, fuera de los márgenes de Mundo Medio.
Quizás como yo no hayáis leído muchos libros de la extensa bibliografía que King ha realizado a lo largo de varias décadas, pero os sonaran muchos de sus personajes y situaciones comunes sugeridas al menos ( y con variable acierto) en las múltiples adaptaciones cinematográficas y televisivas de sus historias. Ahondando un poquito en las miniseries de LA TORRE OSCURA - el cómic que nos ocupa - , y en los extras ilustrativos a modo de complemento que contiene su edición en grapa (hay otra más escueta en manejables tomitos) se paladea una porción importante de esa dimensión metafísica de oscuras cosmogonías que suelen asomarse de soslayo en reconocibles elementos de sus fantasías (el personaje de turno dotado con la videncia, llámese “resplandor“, “toque” o como se prefiera, que le permite vislumbrar una realidad algo diferente, plagada en ocasiones de terrores cósmicos y aspectos oníricos, por ejemplo), y se aporta mayor justificación y coherencia a aspectos concretos de ese “otro” plano que a menudo comprensiblemente chirrían en los films inspirados en sus novelas (la araña sobrenatural de IT, como muestra) o son parte básica de la trama como un eco emancipado de la melodía principal de LA TORRE OSCURA (valga esa monstruosa dimensión paralela que se comunica con la nuestra en LA NIEBLA) y que da una sensación de universo de ficción cohesionado, aunque no sincronizado, en tan dilatada trayectoria y variadas adaptaciones en diferentes medios.
A esta gruta de peculiares dioses ascentrales, y contemporáneos al tiempo, hay que cogerle el punto para disfrutarla, y en los cómics sobre el joven pistolero de Gilead (Roland Deschain, protagonista de la saga literaria de LA TORRE OSCURA), hay destellos del moderno Mark Twain que se ha asomado en ocasiones a obras como CUENTA CONMIGO, CADENA PERPETUA o CORAZONES EN LA ATLÁNTIDA, embutido en un western artúrico y trágico donde cabe la ciencia ficción, el melodrama y el horror, quizás descrito con tan siniestra belleza como compasiva distancia hacia los personajes en sus ilustraciones.
J.A. Santiago
15 febrero 2010
SANGRE, SUDOR Y TINTA
Título: WAR STORIES. A GRAPHIC HISTORY
Autor: MIKE CONROY
Editorial: HARPER COLLINS
Páginas: 192
PVP: 24,99 $
Casualidad o no, con esto del auge de la novela gráfica la bibliografía sobre tebeos ha crecido de lo lindo, para gozo y solaz del que suscribe -no esperen un dato erudito al respecto, fíense de la impresión de un perro viejo-: proliferan biografías, monografías, publicaciones sesudas y pasquines encuadernados, repasos generales a la historia del medio o repasos parciales como el que les comentaré a continuación, este bonito pero escueto análisis ilustrado que reseña -parcialmente, todo hay que decirlo- el devenir del género bélico en viñetas, fértil donde los haya.
Y donde digo parcial quiero decir incompleto, como era de prever. Está firmado por Mike Conroy, el fundador de los premios Eagle, y la contraportada reza: “Desde que existen los comic books ha habido tebeos de guerra. War Stories: A Graphic History es el primer libro que examina este género en profundidad”, lo cual, habida cuenta del contenido, resulta pelín exagerado. El libro retrata una pila de tebeos estadounidenses y británicos, y poco más. Vienen un par de ejemplos del resto del orbe, eso sí, extraordinarios: C'Etait la Guerre des Tranches, de Jacques Tardi, y Hadashi no Gen, de Keiji Nakazawa. Puestos a elegir al tuntún, qué duda cabe que Conroy tiene buen gusto.
El asunto está articulado en siete capítulos, el primero de los cuales, Historical Hostilities, se ventila los miles de años de historia que preceden a los primeros conflictos estadounidenses, indios, colonos, sureños, yankis y demás, qué les voy a contar que no sepan ustedes ya de memoria. Luego vienen las dos guerras mundiales -a la segunda se le dedican dos epígrafes, uno desde la perspectiva gringa y otro desde la británica-, la guerra de Corea y Vietnam -ambas al alimón- y la cosa acaba con el comentario a los Modern Day Conflicts, esto es, el 11-S, Bagdad, Sarajevo y algún que otro marrón protagonizado por los entrañables adictos al te o a la coca-cola de vainilla. Pero centrémonos, ya les dije que el libro era bonito.
Y lo es precisamente por la sobresaliente nómina de autores anglosajones que, a lo largo de las décadas, han retratado esa fijación tan nuestra por reventar al contrario. Reed Crandall, Jack Jackson, John Severin, Joe Kubert, Harvey Kurtzman, Will Eisner, Jack Kirby, Jack Davis y Russ Heath son sólo un puñado de la portentosa legión de historietistas -no va con segundas- incluidos aquí; tantos, que cuesta trabajo escoger diez nombres a modo de ejemplo. Ahí iban nueve, el décimo hubiera sido Milton Caniff si Conroy no se hubiese olvidado de él. Una lástima. A cambio vienen tres maravillosas páginas de nuestro Raúlo Cáceres justo enfrente de una muestra del trabajo de Wally Wood. Sólo por eso merece la pena la libro. Bueno, a ver, no sólo por eso, no vayan a pensar que lo de Conroy es un tributo a la estupidez humana, es un homenaje al inagotable talento de los que la transformaron en narración gráfica y entretenimiento. En arte, vaya.
Javier Fernández
Autor: MIKE CONROY
Editorial: HARPER COLLINS
Páginas: 192
PVP: 24,99 $
Casualidad o no, con esto del auge de la novela gráfica la bibliografía sobre tebeos ha crecido de lo lindo, para gozo y solaz del que suscribe -no esperen un dato erudito al respecto, fíense de la impresión de un perro viejo-: proliferan biografías, monografías, publicaciones sesudas y pasquines encuadernados, repasos generales a la historia del medio o repasos parciales como el que les comentaré a continuación, este bonito pero escueto análisis ilustrado que reseña -parcialmente, todo hay que decirlo- el devenir del género bélico en viñetas, fértil donde los haya.
Y donde digo parcial quiero decir incompleto, como era de prever. Está firmado por Mike Conroy, el fundador de los premios Eagle, y la contraportada reza: “Desde que existen los comic books ha habido tebeos de guerra. War Stories: A Graphic History es el primer libro que examina este género en profundidad”, lo cual, habida cuenta del contenido, resulta pelín exagerado. El libro retrata una pila de tebeos estadounidenses y británicos, y poco más. Vienen un par de ejemplos del resto del orbe, eso sí, extraordinarios: C'Etait la Guerre des Tranches, de Jacques Tardi, y Hadashi no Gen, de Keiji Nakazawa. Puestos a elegir al tuntún, qué duda cabe que Conroy tiene buen gusto.
El asunto está articulado en siete capítulos, el primero de los cuales, Historical Hostilities, se ventila los miles de años de historia que preceden a los primeros conflictos estadounidenses, indios, colonos, sureños, yankis y demás, qué les voy a contar que no sepan ustedes ya de memoria. Luego vienen las dos guerras mundiales -a la segunda se le dedican dos epígrafes, uno desde la perspectiva gringa y otro desde la británica-, la guerra de Corea y Vietnam -ambas al alimón- y la cosa acaba con el comentario a los Modern Day Conflicts, esto es, el 11-S, Bagdad, Sarajevo y algún que otro marrón protagonizado por los entrañables adictos al te o a la coca-cola de vainilla. Pero centrémonos, ya les dije que el libro era bonito.
Y lo es precisamente por la sobresaliente nómina de autores anglosajones que, a lo largo de las décadas, han retratado esa fijación tan nuestra por reventar al contrario. Reed Crandall, Jack Jackson, John Severin, Joe Kubert, Harvey Kurtzman, Will Eisner, Jack Kirby, Jack Davis y Russ Heath son sólo un puñado de la portentosa legión de historietistas -no va con segundas- incluidos aquí; tantos, que cuesta trabajo escoger diez nombres a modo de ejemplo. Ahí iban nueve, el décimo hubiera sido Milton Caniff si Conroy no se hubiese olvidado de él. Una lástima. A cambio vienen tres maravillosas páginas de nuestro Raúlo Cáceres justo enfrente de una muestra del trabajo de Wally Wood. Sólo por eso merece la pena la libro. Bueno, a ver, no sólo por eso, no vayan a pensar que lo de Conroy es un tributo a la estupidez humana, es un homenaje al inagotable talento de los que la transformaron en narración gráfica y entretenimiento. En arte, vaya.
Javier Fernández
08 febrero 2010
UN VIAJE HACIA LA EXCELENCIA
Título: LA EXTRAÑA HISTORIA DE LA ISLA PANORAMA
Autor: SUEHIRO MARUO
Editorial: GLÉNAT
Páginas: 280
PVP: 15 €
Evidentemente todo depende de lo que uno le pida al arte. ¿Deleite, divertimento, reflexión, asombro, disgusto, nada de esto, todo a la vez? Porque el arte, incluso uno popular como es el cómic -el manga si nos ponemos picajosos-, es un juego comunicativo lleno de posibilidades. Y ya ven, en el mejor de los casos, la historieta ha sido considerada tradicionalmente como una hermana pequeña de la literatura. Se diría que una hermana subnormal, a tenor de tantas y tantas críticas despreciativas y condescendientes. Pero dejemos esto claro, el tebeo es el medio, no el contenido; no se debería juzgar lo uno por lo otro, ¿sí? Listo, dejemos el climate y pasemos a Maruo.
¿Como lo diré? O mejor, ¿han leído ustedes a Maruo? Si la respuesta es afirmativa, no necesitan mi comentario. Si no lo han leído, deben saber que hay un chorro de obras de Suehiro Maruo (Nagasaki, 1956) traducidas a nuestro idioma, hasta diez, si no me fallan las cuentas. Y todas ellas son extraordinarias. Incluyendo lo más suave de su producción, el Gichi Gichi Kid, tierno homenaje a Tezuka, el Dr. Inugami o las dos partes de La sonrisa del vampiro, teatrillos macabros para adolescentes. Aunque no les recomendaría que empezasen por ahí. Tampoco por La extraña historia de la isla Panorama, si es que realmente quieren comprender la estética de Maruo. Lo más sano es leer El monstruo de color de rosa o Lunatic Lover's (todo lo dicho está editado por Glénat), y ya que hayan quedado hipnotizados por el universo crudamente honesto del autor, esa deconstrucción transgresora, violenta y pornográfica de los estereotipos del género romántico, pueden buscar los dos tomitos publicados por Otakuland, DDT y New National Kid, que muestran trabajos anteriores, menos finos pero igualmente rabiosos, e ir intercalando los otros al gusto de cada uno. Claro que no sería justo por mi parte obviar el hecho de que Maruo puede literalmente herirles la sensibilidad. No digan que no van avisados.
Luego que hayan disfrutado del viaje, les queda Midori, de nuevo en Glénat, que es una de las cimas de la historieta universal, un álbum singular, el reverso de todos los cuentos infantiles, bellísimo y despiadado a partes iguales. Lo recomiendo de postre, con la digestión de lo anterior bien asentada, para disfrutarlo como se merece. Y si sólo se deciden por uno, pues sí, Midori es el título. Ah, pero no, no me he explicado del todo bien, me está saliendo una lista de la compra de lo más enrevesada. La extraña historia de la isla Panorama va después de Midori. Unos días después, digamos. Descubrirán otro Maruo, delicado, sofisticado, preciosista, que persigue la excelencia y encuentra en la novela utópico-policíaca de Ranpo Edogawa un vehículo para desarrollar su obsesión por la hermosura y el detalle, dejando de lado la escatología expresa, la truculencia, y centrándose en inventariar la amoralidad invisible que subyace a un paraíso artificial de resonancias artísticas. ¿Les dije que había un montón de tebeos de Maruo traducidos al español? Mentí. Son pocos, son pocos...
Javier Fernández
Autor: SUEHIRO MARUO
Editorial: GLÉNAT
Páginas: 280
PVP: 15 €
Evidentemente todo depende de lo que uno le pida al arte. ¿Deleite, divertimento, reflexión, asombro, disgusto, nada de esto, todo a la vez? Porque el arte, incluso uno popular como es el cómic -el manga si nos ponemos picajosos-, es un juego comunicativo lleno de posibilidades. Y ya ven, en el mejor de los casos, la historieta ha sido considerada tradicionalmente como una hermana pequeña de la literatura. Se diría que una hermana subnormal, a tenor de tantas y tantas críticas despreciativas y condescendientes. Pero dejemos esto claro, el tebeo es el medio, no el contenido; no se debería juzgar lo uno por lo otro, ¿sí? Listo, dejemos el climate y pasemos a Maruo.
¿Como lo diré? O mejor, ¿han leído ustedes a Maruo? Si la respuesta es afirmativa, no necesitan mi comentario. Si no lo han leído, deben saber que hay un chorro de obras de Suehiro Maruo (Nagasaki, 1956) traducidas a nuestro idioma, hasta diez, si no me fallan las cuentas. Y todas ellas son extraordinarias. Incluyendo lo más suave de su producción, el Gichi Gichi Kid, tierno homenaje a Tezuka, el Dr. Inugami o las dos partes de La sonrisa del vampiro, teatrillos macabros para adolescentes. Aunque no les recomendaría que empezasen por ahí. Tampoco por La extraña historia de la isla Panorama, si es que realmente quieren comprender la estética de Maruo. Lo más sano es leer El monstruo de color de rosa o Lunatic Lover's (todo lo dicho está editado por Glénat), y ya que hayan quedado hipnotizados por el universo crudamente honesto del autor, esa deconstrucción transgresora, violenta y pornográfica de los estereotipos del género romántico, pueden buscar los dos tomitos publicados por Otakuland, DDT y New National Kid, que muestran trabajos anteriores, menos finos pero igualmente rabiosos, e ir intercalando los otros al gusto de cada uno. Claro que no sería justo por mi parte obviar el hecho de que Maruo puede literalmente herirles la sensibilidad. No digan que no van avisados.
Luego que hayan disfrutado del viaje, les queda Midori, de nuevo en Glénat, que es una de las cimas de la historieta universal, un álbum singular, el reverso de todos los cuentos infantiles, bellísimo y despiadado a partes iguales. Lo recomiendo de postre, con la digestión de lo anterior bien asentada, para disfrutarlo como se merece. Y si sólo se deciden por uno, pues sí, Midori es el título. Ah, pero no, no me he explicado del todo bien, me está saliendo una lista de la compra de lo más enrevesada. La extraña historia de la isla Panorama va después de Midori. Unos días después, digamos. Descubrirán otro Maruo, delicado, sofisticado, preciosista, que persigue la excelencia y encuentra en la novela utópico-policíaca de Ranpo Edogawa un vehículo para desarrollar su obsesión por la hermosura y el detalle, dejando de lado la escatología expresa, la truculencia, y centrándose en inventariar la amoralidad invisible que subyace a un paraíso artificial de resonancias artísticas. ¿Les dije que había un montón de tebeos de Maruo traducidos al español? Mentí. Son pocos, son pocos...
Javier Fernández