Título: ESSENTIAL DEFENDERS VOL. 2
Autor: STEVE GERBER, SAL BUSCEMA Y OTROS.
Editorial: MARVEL
Páginas: 384
PVP: 16,99 $
Compilados en blanco y negro para la presente generación de lectores en los volúmenes 2 y 3 de la colección Essential, la etapa de The Defenders escrita por Steve Gerber en 1975 y 1976 permanece como uno de los más respetados e influyentes logros del género de superhéroes de la década de los 70. Es un trabajo trepidante, cargado de situaciones bizarras, tramas y subtramas enlazadas que se desarrollan con paciencia, pulso y cierta sana dosis de improvisación, cosido como está todo el asunto por la escritura moderna y la óptica singular del creador de Howard the Duck.
A menudo se ha señalado estos tebeos prefiguran motivos y soluciones narrativas de autores tan celebrados como Grant Morrison, pero, en mi opinión, The Defenders es más que un mero precedente. Es cierto que durante la lectura uno capta el parentesco con la Doom Patrol o los New X-Men firmados posteriormente por Morrison -otro día les hablo de cómo el Animal Man de este último retomó cuestiones autorreferenciales de Man-Thing-, aunque no es menos cierto que la voz de Gerber tiene cualidades irrepetibles. El entorno de los sufridos personajes que pueblan The Defenders sirve al guionista para detallar una realidad social que, aún deformada por los códigos propios del género, poco o nada se distancia del mundo real. Organizaciones terroristas, jefes de Estado, indigentes y desplazados sociales de todo tipo comparten páginas con los supuestos héroes, y entre los diversos conflictos se cuentan el racismo, la irresponsabilidad empresarial, la violencia carcelaria, el divorcio, la pobreza, la demagogia política, la manipulación de los medios de comunicación, la especulación inmobiliaria y, en general, la estupidez humana.
La habitual dosis de extravagancia made in Gerber alcanza aquí un raro grado de refinamiento. El escritor bucea en los archivos de la editorial para fabricar una de las sociedades malvadas más delirante que se haya visto, los Headmen, integrada por un experto neurocirujano con el cerebro transplantado en el cuerpo de un gorila, un científico pusilánime de rostro grotesco y deformado a causa de sus experimentos en compresión celular y un brujo megalomaníaco cuya mente acaba confinada, entre otros lugares, en el cuerpo de un cervatillo. A tan selecta compañía se une Ruby Thursday, creación original de Gerber, con su esfera de plástico maleable por cabeza. No menos divertido es el tratamiento que el autor reserva a Nebulon, el monstruoso alienígena disfrazado de dios cósmico, que ahora da seminarios sobre control mental y los riesgos del libre albedrío. Y de tanto en tanto asoma un enigmático elfo con pistola.
Son sólo algunos aspectos de una obra brillante e inclasificable como pocas.
Javier Fernández
27 marzo 2010
22 marzo 2010
DE VUELTA A LAS ESTRELLAS
Título: DREADSTAR Nº 1
Autor: JIM STARLIN
Editorial: PLANETA DeAGOSTINI
Páginas: 384
PVP: 30 €
Lo mejor que se me ocurre decir al respecto es que Jim Starlin (Detroit, 1949) tuvo su época, y su época fue la década de 1970. Starlin se hizo un nombre aquellos años realizando un puñado de tebeos de culto, ya saben los del Capitán Marvel y los de Warlock, con una estética que entonces quedaba de lo más resultona, y que mezclaba con desparpajo algunos rasgos gráficos de Ditko con cierta ominosidad tipo Kirby.
Por entonces, su trabajo compartía consideración crítica, verán que ha llovido, con el de una camada de renovadores del lenguaje de los superhéroes que incluía al nunca suficientemente ponderado Howard Chaykin o a los también emergentes P. Craig Russell o Walter Simonson. Quiere decir esto que su estilo gustaba de proponer determinados experimentos visuales y que hacía gala de un ritmo, una composición de página y un acabado ciertamente singulares, aunque sin la capacidad o la conciencia creativa de los nombres más sobresalientes de la generación inmediatamente anterior, los Steranko, Adams y compañía. Debo añadir que encontrar la firma de Starlin en aquellos tebeos de superhéroes, por lo general mediocres, siempre le daba su chispita de emoción a la lectura, y quizá sea por ello que uno le guarda aún cariño al dibujante, a pesar de lo irregular de su producción posterior.
Esto que se reedita ahora, Dreadstar, bien puede ser la obra cumbre de Starlin, metido a principios de los 80 en tareas de autor, y es también la frontera entre sus trabajos más memorables y lo demás. Se trata de una space opera sencillita y colorida, inspirada sospechosamente en el sofisticado y poético universo de Cordwainer Smith, pero también resumen de las inquietudes narrativas del creador de La muerte del Capitán Marvel, con su poquito de catastrofismo, sus muertes y resurrecciones, su guerra intergaláctica de turno -entre la Monarquía y la Iglesia de la Instrumentalidad- y su grupo de cowboys espaciales, rebeldes con vocación altruista. No es para tirar cohetes, aunque comienza con un pulso envidiable que tarda algunos números en diluirse; no muchos, por desgracia.
Pero no me malinterpreten, Dreadstar tiene su aquel, sobre todo tomado desde el principio, quiero decir, si se le suma La Odisea de la Metamorfosis, el serial publicado por la revista Epic en donde hizo su primera aparición Vanth Dreadstar, así como las dos novelas gráficas anteriores al material que integra el presente tomo y que, crucemos los dedos, se anuncian para más adelante. Estas páginas ausentes, resumidas convenientemente a lo largo del volumen, poseen una cualidad visual superior al resto y confieren la elegancia, la sobriedad y el misterio iniciales, sustituidos posteriormente por giros ingeniosos, dislates y clichés, síntomas del prolongado agotamiento creativo de Starlin. Con todo, se lee con agrado.
Javier Fernández
Autor: JIM STARLIN
Editorial: PLANETA DeAGOSTINI
Páginas: 384
PVP: 30 €
Lo mejor que se me ocurre decir al respecto es que Jim Starlin (Detroit, 1949) tuvo su época, y su época fue la década de 1970. Starlin se hizo un nombre aquellos años realizando un puñado de tebeos de culto, ya saben los del Capitán Marvel y los de Warlock, con una estética que entonces quedaba de lo más resultona, y que mezclaba con desparpajo algunos rasgos gráficos de Ditko con cierta ominosidad tipo Kirby.
Por entonces, su trabajo compartía consideración crítica, verán que ha llovido, con el de una camada de renovadores del lenguaje de los superhéroes que incluía al nunca suficientemente ponderado Howard Chaykin o a los también emergentes P. Craig Russell o Walter Simonson. Quiere decir esto que su estilo gustaba de proponer determinados experimentos visuales y que hacía gala de un ritmo, una composición de página y un acabado ciertamente singulares, aunque sin la capacidad o la conciencia creativa de los nombres más sobresalientes de la generación inmediatamente anterior, los Steranko, Adams y compañía. Debo añadir que encontrar la firma de Starlin en aquellos tebeos de superhéroes, por lo general mediocres, siempre le daba su chispita de emoción a la lectura, y quizá sea por ello que uno le guarda aún cariño al dibujante, a pesar de lo irregular de su producción posterior.
Esto que se reedita ahora, Dreadstar, bien puede ser la obra cumbre de Starlin, metido a principios de los 80 en tareas de autor, y es también la frontera entre sus trabajos más memorables y lo demás. Se trata de una space opera sencillita y colorida, inspirada sospechosamente en el sofisticado y poético universo de Cordwainer Smith, pero también resumen de las inquietudes narrativas del creador de La muerte del Capitán Marvel, con su poquito de catastrofismo, sus muertes y resurrecciones, su guerra intergaláctica de turno -entre la Monarquía y la Iglesia de la Instrumentalidad- y su grupo de cowboys espaciales, rebeldes con vocación altruista. No es para tirar cohetes, aunque comienza con un pulso envidiable que tarda algunos números en diluirse; no muchos, por desgracia.
Pero no me malinterpreten, Dreadstar tiene su aquel, sobre todo tomado desde el principio, quiero decir, si se le suma La Odisea de la Metamorfosis, el serial publicado por la revista Epic en donde hizo su primera aparición Vanth Dreadstar, así como las dos novelas gráficas anteriores al material que integra el presente tomo y que, crucemos los dedos, se anuncian para más adelante. Estas páginas ausentes, resumidas convenientemente a lo largo del volumen, poseen una cualidad visual superior al resto y confieren la elegancia, la sobriedad y el misterio iniciales, sustituidos posteriormente por giros ingeniosos, dislates y clichés, síntomas del prolongado agotamiento creativo de Starlin. Con todo, se lee con agrado.
Javier Fernández
15 marzo 2010
LA EXTRAVAGANTE MARAVILLA
Título: STRANGE TALES
Autor: VARIOS AUTORES
Editorial: MARVEL
Páginas: 192
PVP: 29,99 $
Siguiendo la estela de Bizarro Comics y Bizarro World (editados en español en un solo volumen) que, les recuerdo, presentaban versiones indie del universo DC, Marvel se ha unido al reconocimiento de los llamados autores alternativos con la publicación de la miniserie de tres números Strange Tales, compilada ahora junto con algún material extra en un tomito de pasta dura, eso sí, en encuadernación fresada a pesar de lo elevado del precio.
Sin ser tan amplia como la otra, la propuesta de Marvel es variada y consistente; más estrecha, sí, pero también más atinada, pues los trabajos presentados aquí son mayormente excelentes. Como en los Bizarro, la estrategia seguida por los autores a la hora de interpretar la franquicia se decanta por la parodia y el humor, pero no siempre, y en el conjunto brillan piezas líricas como la sobresaliente versión de Hulk realizada por James Kochalka en The Hulk Vs. the Rain, el original y filosófico encuentro entre Nightcrawler y Molecule Man debido a Paul Hornschemeier o la hermosa revisión de Black Widow firmada por Matt Kindt, quien pide a gritos la oportunidad de disponer de mayor extensión para recrear el personaje .
En el lado satírico, Strange Tales cuenta con páginas soberbias de Peter Bagge, del que se incluyen sus dos aportaciones al universo marvelita, el número especial The Incorrigible Hulk, serializado en la miniserie, y su cáustico The Megalomaniacal Spiderman, acertadamente recuperado para la ocasión. Tony Millionaire se apoya en Gene Colan para trazar un Iron Man burlesco, Jeffrey Brown se suma a la fiesta con dos simpáticas páginas de The Fantastic Four, Nick Bertozzi dibuja las entradillas de los diversos números de la miniserie, protagonizadas por The Watcher, así como cuatro páginas que desvelan la vida sentimental de M.O.D.O.K. Detallo los anteriores a modo de gancho, pero el resto es también un lujo: Jason, Johnny Ryan, Dash Shaw, John Leavitt y Molly Crabapple, Stan Sakai, Paul Pope, Max Cannon, Michael Kupperman y un etcétera no menos interesante.
Al leer el volumen, la singularidad de cada aportación, la personalísima panoplia de estéticas, reforzadas por el contraste, trae a la mente del lector todos los valores que integraban el espíritu inicial de la Marvel de la década de 1960, antes de la imposición de una narratividad dominante y un discurso exitoso pero pobrísimo, cuando parecía que todo podía suceder en el siguiente número. Si la política continuista fosilizó por completo la creatividad de la otrora llamada Casa de las Ideas, ejemplos como este Strange Tales demuestran el camino para desactivar el daño: no interferir en el desarrollo de las ideas y la visión propia de los autores, confiar en su talento por encima de otras consideraciones.
Confieso que he disfrutado del experimento como un niño, no porque la lectura me haya retrotraído a mi propia infancia, sino porque, ante mis ojos, estos personajes gastados y maltratados hasta la saciedad han vuelto a mostrarse jóvenes y adorables.
Javier Fernández
Autor: VARIOS AUTORES
Editorial: MARVEL
Páginas: 192
PVP: 29,99 $
Siguiendo la estela de Bizarro Comics y Bizarro World (editados en español en un solo volumen) que, les recuerdo, presentaban versiones indie del universo DC, Marvel se ha unido al reconocimiento de los llamados autores alternativos con la publicación de la miniserie de tres números Strange Tales, compilada ahora junto con algún material extra en un tomito de pasta dura, eso sí, en encuadernación fresada a pesar de lo elevado del precio.
Sin ser tan amplia como la otra, la propuesta de Marvel es variada y consistente; más estrecha, sí, pero también más atinada, pues los trabajos presentados aquí son mayormente excelentes. Como en los Bizarro, la estrategia seguida por los autores a la hora de interpretar la franquicia se decanta por la parodia y el humor, pero no siempre, y en el conjunto brillan piezas líricas como la sobresaliente versión de Hulk realizada por James Kochalka en The Hulk Vs. the Rain, el original y filosófico encuentro entre Nightcrawler y Molecule Man debido a Paul Hornschemeier o la hermosa revisión de Black Widow firmada por Matt Kindt, quien pide a gritos la oportunidad de disponer de mayor extensión para recrear el personaje .
En el lado satírico, Strange Tales cuenta con páginas soberbias de Peter Bagge, del que se incluyen sus dos aportaciones al universo marvelita, el número especial The Incorrigible Hulk, serializado en la miniserie, y su cáustico The Megalomaniacal Spiderman, acertadamente recuperado para la ocasión. Tony Millionaire se apoya en Gene Colan para trazar un Iron Man burlesco, Jeffrey Brown se suma a la fiesta con dos simpáticas páginas de The Fantastic Four, Nick Bertozzi dibuja las entradillas de los diversos números de la miniserie, protagonizadas por The Watcher, así como cuatro páginas que desvelan la vida sentimental de M.O.D.O.K. Detallo los anteriores a modo de gancho, pero el resto es también un lujo: Jason, Johnny Ryan, Dash Shaw, John Leavitt y Molly Crabapple, Stan Sakai, Paul Pope, Max Cannon, Michael Kupperman y un etcétera no menos interesante.
Al leer el volumen, la singularidad de cada aportación, la personalísima panoplia de estéticas, reforzadas por el contraste, trae a la mente del lector todos los valores que integraban el espíritu inicial de la Marvel de la década de 1960, antes de la imposición de una narratividad dominante y un discurso exitoso pero pobrísimo, cuando parecía que todo podía suceder en el siguiente número. Si la política continuista fosilizó por completo la creatividad de la otrora llamada Casa de las Ideas, ejemplos como este Strange Tales demuestran el camino para desactivar el daño: no interferir en el desarrollo de las ideas y la visión propia de los autores, confiar en su talento por encima de otras consideraciones.
Confieso que he disfrutado del experimento como un niño, no porque la lectura me haya retrotraído a mi propia infancia, sino porque, ante mis ojos, estos personajes gastados y maltratados hasta la saciedad han vuelto a mostrarse jóvenes y adorables.
Javier Fernández
10 marzo 2010
ALIX EL INTREPIDO
Los amantes al comic Europeo estamos de enhorabuena, se reedita en nuestro país "Las Aventuras de Alix" la serie de Jacques Martin que narra las aventuras de Alix, un joven galo en la época de Julio Cesar.
Esta serie lleva años sin ser editada en nuestro país y lo hace ahora de la mano de alixintrepido.es, la web no oficial en español del personaje de Martin(http://www.alixintrepido.es/index.htm), que se ha liado la manta a la cabeza, y se ha decidido a producir una edición limitada de este clásico del comic, del que varias generaciones de aficionados españoles no han podido disfrutar hasta ahora.
Comunicado de alixintrepido.es:
El pasado mes de Noviembre se ha firmado un acuerdo con Casterman para la coproducción editorial de las Aventuras de Alix en castellano a través de NetCom2 Editorial de Barcelona.
Es posible que esta coproducción se haga extensiva a las aventuras de Lefranc y a otros héroes de Jacques Martin en el futuro. A partir de Marzo de 2010 saldrán a la venta, cada dos meses aproximadamente, dos o tres aventuras de Alix en castellano, hasta completar la colección (28 libros), además de los nuevos que tienen que aparecer en 2010, 2011 y 2012 que ya se están dibujando. En la primera entrega serán dos aventuras nunca editadas en español: Alix el Intrépido y La isla Maldita. Características:Se trata de una tirada limitada de 1.000 ejemplares numerados de cada título.El formato de los libros es: Cartoné (tapa dura) 22.6x30.3 cm.El precio final P.V.P. de cada libro es de 15,50 euros. Puntos de venta:Dada la pequeña tirada, la distribución será reducida.
Este mes de marzo ya están a la venta Alix el Intrépido y La Isla Maldita, la editorial tiene planeado lanzar 2 referencias cada dos meses, la próxima novedad sería en mayo y los títulos La esfinge de oro y Vercingetórix.
La distribución de esta colección es bastante peculiar ya que puede conseguirse solo por pedido directo a la editorial, o físicamente en algunas pocas librerías especializadas, actualmente el único punto de venta de esta colección en Andalucía es Crash Comics (C/ Duque de Fernán Núñez nº2, 14003 Córdoba), si quereis hacer vuestra reserva de esta fantástica serie no dudeis en pasar por nuestra tienda y solicitarlo.
Un cordial saludo
Crash Comics
http://www.alixintrepido.es/docs/notaprensa20091109alix.pdf
Esta serie lleva años sin ser editada en nuestro país y lo hace ahora de la mano de alixintrepido.es, la web no oficial en español del personaje de Martin(http://www.alixintrepido.es/index.htm), que se ha liado la manta a la cabeza, y se ha decidido a producir una edición limitada de este clásico del comic, del que varias generaciones de aficionados españoles no han podido disfrutar hasta ahora.
Comunicado de alixintrepido.es:
El pasado mes de Noviembre se ha firmado un acuerdo con Casterman para la coproducción editorial de las Aventuras de Alix en castellano a través de NetCom2 Editorial de Barcelona.
Es posible que esta coproducción se haga extensiva a las aventuras de Lefranc y a otros héroes de Jacques Martin en el futuro. A partir de Marzo de 2010 saldrán a la venta, cada dos meses aproximadamente, dos o tres aventuras de Alix en castellano, hasta completar la colección (28 libros), además de los nuevos que tienen que aparecer en 2010, 2011 y 2012 que ya se están dibujando. En la primera entrega serán dos aventuras nunca editadas en español: Alix el Intrépido y La isla Maldita. Características:Se trata de una tirada limitada de 1.000 ejemplares numerados de cada título.El formato de los libros es: Cartoné (tapa dura) 22.6x30.3 cm.El precio final P.V.P. de cada libro es de 15,50 euros. Puntos de venta:Dada la pequeña tirada, la distribución será reducida.
Este mes de marzo ya están a la venta Alix el Intrépido y La Isla Maldita, la editorial tiene planeado lanzar 2 referencias cada dos meses, la próxima novedad sería en mayo y los títulos La esfinge de oro y Vercingetórix.
La distribución de esta colección es bastante peculiar ya que puede conseguirse solo por pedido directo a la editorial, o físicamente en algunas pocas librerías especializadas, actualmente el único punto de venta de esta colección en Andalucía es Crash Comics (C/ Duque de Fernán Núñez nº2, 14003 Córdoba), si quereis hacer vuestra reserva de esta fantástica serie no dudeis en pasar por nuestra tienda y solicitarlo.
Un cordial saludo
Crash Comics
http://www.alixintrepido.es/docs/notaprensa20091109alix.pdf
08 marzo 2010
LAS COSAS CLARAS
Título: LET US BE PERFECTLY CLEAR
Autor: PAUL HORNSCHEMEIER
Editorial: FANTAGRAPHICS
Páginas: 136
PVP: 19,95 $
Mientras espero la oportunidad de leer All and Sundry. Uncollected Works 2004-2009, la recopilación de trabajos dispersos de Paul Hornschemeier (Cincinnati, 1977) editada a finales del año pasado por Fantagraphics, y también a la espera de la anunciada traducción por parte de Astiberri de La vida con el Sr. peligroso, para ir haciendo boca paso a comentarles el volumen Let Us Be Perfectly Clear, que llevaba ya algún tiempo en mi estantería.
El librito en cuestión compila y ordena historietas aparecidas entre 2002 y 2006 en revistas y publicaciones varias. Está dividido en dos secciones que comienzan con cada tapa y convergen en el centro: Let Us Be y Perfectly Clear, la segunda de las cuales posee tintes satíricos, en tanto la primera es vaporosamente dramática. Como en otras ocasiones, el diseño del asunto corre a cargo del propio Hornschemeier, quien siempre aporta a la confección un tono exquisito, heredero en parte de ese otro delicioso maniático que es Chris Ware. La comparación entre ambos creadores es un motivo recurrente a la hora de analizar la producción de Hornschemeier, aunque por mi parte soslayaré la cuestión, consciente de que, confluencias conceptuales aparte, hablamos de estéticas y poéticas de una singularidad sobresaliente.
Centrándonos en Hornschemeier, más allá de los motivos nihilistas o existencialistas que utiliza, conviene observar que el objetivo de su obra es epistemológico, pues rara es la ocasión en que no apunta a la naturaleza misma del conocimiento, lo que convierte a la gramatica de la historieta en su tema por excelencia. Su trabajo es intensivo antes que extensivo y presenta una amplia variedad de recursos: la elipsis, la conciencia de los límites y la materialidad física de la página, la doble cualidad del tiempo en la historieta, a la vez estático y dinámico, y alardea en cuestiones habitualmente secundarias como el color o la rotulación. Secciones como These Tresspasing Vehicles, imaginativo análisis de los elementos que rodean a un crimen pasional, muestran a un maestro de la deconstrucción y el montaje que disfruta torciendo y quebrando la linealidad. Ejercicios como Underneath o We Were Not Made For This World, la lucha por la supervivencia de dos seres animalescos en un entorno polar y el penoso avance de un robot por el desierto, respectivamente, son un ejemplo del gusto del autor por la metáfora. Y ya puestos a escoger una sola pieza, escogería Return of the Elephant, sobria en su sencillez de medios y su monotonía formal, dos viñetas por página en la versión original, cuatro en este volumen, que es un bizarro prodigio de resonancias y sugerencias.
Aún siendo anterior a títulos más celebrados como Madre, vuelve a casa y Las tres paradojas, Let Us Be Perfectly Clear confirma que Hornschemeier está a la cabeza de su generación, y su trabajo es uno de los mejores ejemplos de la inagotable vitalidad del medio.
Javier Fernández
Autor: PAUL HORNSCHEMEIER
Editorial: FANTAGRAPHICS
Páginas: 136
PVP: 19,95 $
Mientras espero la oportunidad de leer All and Sundry. Uncollected Works 2004-2009, la recopilación de trabajos dispersos de Paul Hornschemeier (Cincinnati, 1977) editada a finales del año pasado por Fantagraphics, y también a la espera de la anunciada traducción por parte de Astiberri de La vida con el Sr. peligroso, para ir haciendo boca paso a comentarles el volumen Let Us Be Perfectly Clear, que llevaba ya algún tiempo en mi estantería.
El librito en cuestión compila y ordena historietas aparecidas entre 2002 y 2006 en revistas y publicaciones varias. Está dividido en dos secciones que comienzan con cada tapa y convergen en el centro: Let Us Be y Perfectly Clear, la segunda de las cuales posee tintes satíricos, en tanto la primera es vaporosamente dramática. Como en otras ocasiones, el diseño del asunto corre a cargo del propio Hornschemeier, quien siempre aporta a la confección un tono exquisito, heredero en parte de ese otro delicioso maniático que es Chris Ware. La comparación entre ambos creadores es un motivo recurrente a la hora de analizar la producción de Hornschemeier, aunque por mi parte soslayaré la cuestión, consciente de que, confluencias conceptuales aparte, hablamos de estéticas y poéticas de una singularidad sobresaliente.
Centrándonos en Hornschemeier, más allá de los motivos nihilistas o existencialistas que utiliza, conviene observar que el objetivo de su obra es epistemológico, pues rara es la ocasión en que no apunta a la naturaleza misma del conocimiento, lo que convierte a la gramatica de la historieta en su tema por excelencia. Su trabajo es intensivo antes que extensivo y presenta una amplia variedad de recursos: la elipsis, la conciencia de los límites y la materialidad física de la página, la doble cualidad del tiempo en la historieta, a la vez estático y dinámico, y alardea en cuestiones habitualmente secundarias como el color o la rotulación. Secciones como These Tresspasing Vehicles, imaginativo análisis de los elementos que rodean a un crimen pasional, muestran a un maestro de la deconstrucción y el montaje que disfruta torciendo y quebrando la linealidad. Ejercicios como Underneath o We Were Not Made For This World, la lucha por la supervivencia de dos seres animalescos en un entorno polar y el penoso avance de un robot por el desierto, respectivamente, son un ejemplo del gusto del autor por la metáfora. Y ya puestos a escoger una sola pieza, escogería Return of the Elephant, sobria en su sencillez de medios y su monotonía formal, dos viñetas por página en la versión original, cuatro en este volumen, que es un bizarro prodigio de resonancias y sugerencias.
Aún siendo anterior a títulos más celebrados como Madre, vuelve a casa y Las tres paradojas, Let Us Be Perfectly Clear confirma que Hornschemeier está a la cabeza de su generación, y su trabajo es uno de los mejores ejemplos de la inagotable vitalidad del medio.
Javier Fernández