Vamos a comenzar ésta reseña diciendo que es muy complicado recomendar un cómic de Dash Shaw. Y sobretodo uno como el que hoy les traigo. Éste jóven autor (27 añitos) siempre vá más allá en buscar nuevos caminos (con resultados dispares), pero al que hay que reconocerle su valía por el inmenso esfuerzo que conlleva, ya que esa experimentación formal no diluye ni entorpece la narrativa, sino todo lo contrario. Bodyworld tiene como protagonista en un futuro incierto a un profesor que llega a Boney Borough para experimentar con los posibles efectos psicotrópicos de una especie vegetal que sólo crece en esa tierra. A partir de ahí se desencadena una serie de acontecimientos que ponen en una situación muy delicada el microsistema de éste pequeño poblado. Éste autor, siempre mirando al futuro y nunca al pasado, utiliza también el color como recurso novedoso y de forma expresionista. De la mano de Sins Entido y Apa Apa en una cuidada edición en cartoné (con desplegable incluido), en su interior podemos encontrar una mezcla perfecta entre el universo de Philip K.Dick, arte moderno, culebrón estudiantil y David Lynch (sobretodo de Twin Peaks). Hablando de Philip K.Dick la influencia vá mas allá de lo evidente (el protagonista lleva en su maletín una copia de los Tres Estigmas de Palmer Eldritch). También su sombra se deja ver en las secuencias surrealistas dónde se fusionan las conciencias. Aquí se utiliza un tipo de dibujo superpuesto y expresionista con texturas digitales dando como resultado escenas de alto espectáculo imaginativo, que queda perfecto para lo que se está contando, ya que transmite esa sensación de incomodidad. El órden de lectura es vertical, heredado de su primera publicación en formato digital. Lo que a priori parece un formato incómodo para el lector, pronto se convierte en una composición narrativa diferente. Una de las características de Shaw en su narrativa es la evocación de las intensas experiencias corporales,en definitiva,es un método sensorial rara vez visto en el medio. Los personajes sudan,sienten calor,y Shaw incluye éstas reacciones en el mismo dibujo, sin necesidad de bocadillos ni textos de apoyo. Es una de sus grandes bazas como autor. Decir también que es un cómic que aprovecha al máximo su espacio vertical de forma encomiable, hecho que está al alcance de muy pocos autores. Deudor de Chris Ware y Charles Burns, sobretodo coinciden en éste último en su ingenioso e inquietante ritmo que ambos autores imprimen a sus obras. Pese a su juventud, se está convirtiendo en un referente en el mundo del cómic. Es un cómic que se debe leer aunque sea para estar al día en lo que se refiere a cómic para adultos diferentes y de narrativa valiente, que compensará a los que se acerquen a sus páginas. Aunque a mí me haya gustado mucho, recomendado con reservas.
Francisco José Arcos Serrano
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ResponderEliminarArreglado ;-)
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