13 septiembre 2010

CUANDO VINIERON A BUSCARME

Título: STUCK RUBBER BABY (MUNDOS DIFERENTES)
Autor: HOWARD CRUSE
Editorial: DOLMEN
Páginas: 216
PVP: 25 €

Permítanme que haga trampa. Voy a recomendarles la lectura en castellano de la obra principal de Howard Cruse, pero en realidad yo no he leído el volumen de Dolmen sino la edición en inglés publicada por Vertigo ahora que se cumple el décimo quinto aniversario de la aparición de Stuck Rubber Baby (Paradox Press, 1995). En mi descargo diré que vivo a medio mundo de distancia de España y que es raro, casi impensable, encontrar por estas tierras historietas traducidas en la madre patria. De modo que nada puedo decirles sobre la traducción de Diego García, aunque si se dan un garbeo por la red verán que los que sí la conocen le otorgan un sobresaliente, y que idéntica nota obtiene, por norma general, la hechura editorial de la versión española, calificada aquí y allí de excelente. Dicho lo cual, paso comentar la novela gráfica, que los caracteres mandan.
Stuck Rubber Baby , cuyo título se vale del slang y de la ambigüedad lingüística para describir, entre otras cosas, la homosexualidad latente, la inesperada paternidad y la falta de decisión ideológica del protagonista, es un libro portentoso, heredero en forma y fondo del underground estadounidense –esa fértil corriente de la historieta americana traducida poco y mal a nuestro idioma–, remozado, eso sí, con el largo aliento y la pulcritud de que hace gala buena parte de la nueva novela gráfica. El relato de Cruse sumerge al lector en la convulsa Norteamérica de la década de 1960, con pequeñas incursiones en los años previos y algún que otro asomo al momento actual del narrador. O, más concretamente, en el sur de una nación descosida por el miedo al cambio y la crueldad con el diferente. Porque la desigual batalla que se nos plantea entre status quo y ciudadanos no tiene tanto que ver con la orientación sexual, el color de la piel o la ideología política como con la defensa de la propia libertad. En palabras del protagonista de Stuck Rubber Baby, luego del linchamiento de un amigo homosexual y el brutal atentado que deja malherido al negro Shiloh: “It could’ve been me” (podría haber sido yo).
Puestos a hablar de este libro, insisto, portentoso, cabría referir la densidad argumental y estética, la riqueza de los diálogos y textos de apoyo, el detallado entramado histórico o el didactismo en la exposición de los derechos civiles en juego, pero, personalmente, destaco este otro logro de Cruse: la detallada y precisa construcción de un mundo y unos personajes que comienzan siendo ajenos y acaban siendo propios. Pues cuando se alcanza el final del libro uno se siente negro u homosexual, más allá de la propia raza o la preferencia afectiva. Y entiende de primera mano la urgencia de entender al otro, de compartir su lucha antes de que, parafraseando al pastor luterano Martin Niemöller, venga el odio a buscarnos y nos encontremos solos. Preguntándonos por qué callamos cuando debimos protestar.

Javier Fernández

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen cómic,sí señor.
Por cierto,estoy vendiendo cómics,y éste es uno de ellos,por falta de espacio,a un precio increíble.
A quien le interese,que me escriba por aquí y se le pasa lista actualizada.
Un saludo!