02 junio 2011

AQUÍ ESTÁ PASANDO ALGO

Título: BODYWORLD
Autor: DASH SHAW
Editorial: SINS ENTIDO / APA-APA
Páginas: 400
PVP: 25 €

Lo primero que vale la pena reseñar de Bodyworld, el libro de Dash Shaw traído hace poco a nuestro mercado por Apa-Apa y Sins Entido, es la estupenda factura de la edición castellana. Notable ya desde la traducción de Julia Osuna, el volumen que nos ocupa es una auténtica gozada para el degustador. Aquí se ha considerado oportuno, por ejemplo corregir textos o pintar en español los rótulos cuando estos se entrelazan con el dibujo, mérito que no sé si atribuir a Gabriela Miciulevicius o a Sergi Puyol, de modo que se lo agradeceré a ambos. Y es que anda uno tan acostumbrado a esas ediciones ramplonas que pueblan las librerías españolas –baratas en el peor sentido de la palabra– que trabajos como este, respetuosos con el lector, saltan rápida y gozosamente a la vista.
Pasando, ahora sí, al contenido, Bodyworld es un webcomic reconvertido al formato de novela gráfica, que se suma a la corta, pero intensa, trayectoria del estadounidense Dash Shaw (Hollywood, 1983), un tipo ecléctico y esteticista que nos regala aquí otro de sus celebrados experimentos formales. De lectura absorbente, merced a su entretenido storytelling, no sabría decirles si el libro de Shaw es una novelita B con ramalazos indies o una novelita indie con querencia a la ciencia ficción, pues, según se mire, la cosa va de un puñado de inadaptados que comparten momentánea existencia en la América profunda, o de los resultados de la injerencia extraterrestre, vía droga telepática, en la anodina vida de un pueblo gringo.
Shaw dispone en la página la miríada de recursos gráficos propia del alumno aventajado de Bellas Artes, y su visión es particularmente inconformista, cosa que se agradece. Hay bastante pirotecnia, pero también mucha innovación recogida de fuentes diversas entre las que destaca sobremanera Gary Panter. Shaw hace suyos el espíritu y los recursos del genio de Oklahoma, recurre también a cierta imaginación lisérgica a lo William S. Burroughs y hasta cita el Omega de Gerber en el capítulo nueve, entre otras varias apropiaciones. Encuentro especialmente interesante el recurso narrativo de la superposición de capas de color para expresar la telepatía causada por la droga de marras, y hermosas las splash pages que anteceden a cada capítulo. En ellas, como en la larga secuencia de terrazas o en el raccord panorámico de Nueva York –fragmentado por fuerza en la edición en papel– se condensa la enorme expresividad y belleza de todo el conjunto.
Ignoro si, como dice Mazzucchelli en la contraportada, Dash Shaw es el futuro de los cómics; por lo pronto, lo tenemos aquí, en nuestro presente, desbrozando antiguos senderos para fabricar los nuevos, inventando y reinventado, huyendo de lo fácil. Y ya sólo por eso merece la pena asomarse a su propuesta.

Javier Fernández

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy Paco:Tío...Has visto la reseña que te mandé para el blog?Sigue sin estar publicada...