Título: ENCICLOPEDIA ERÓTICA DEL CÓMIC
Autores: LUIS GASCA Y ROMÁN GUBERN
Vuelve a librerías el tándem Gasca-Gubern, y vuelve con uno de estos volúmenes enciclopédicos a todo color y profusamente ilustrados a los que nos está mal acostumbrando Cátedra. Tras el interesante Diccionario de onomatopeyas del cómic (2008) y la edición remozada de aquel seminal Discurso del cómic (2011), aparece ahora la Enciclopedia erótica del cómic, que comienza siendo un goce visual mayúsculo y acaba haciendo que uno se pregunte si existirá algo así como una normalidad en materia de sexo.
En palabras de los autores, el libro “compila un extenso catálogo de formas de relación sexual, canónicas u originales, tradicionales o innovadoras, prosaicas o extravagantes, que han encontrado su reflejo en los dibujos de las viñetas de los cómics a lo largo de su más que centenaria historia”. Y sí, comenzando con la A de Acrofilia y terminando con la Z de Zoofilia y Zoorestia, se van sucediendo las numerosísimas entradas del grueso y voluptuoso catálogo de Gasca y Gubern, organizadas en los apéndices en el siguiente puñado de campos temáticos:
Anatomía, Animales, Animismo, Fantasías, Fisiología, Funciones, Identidades y opciones sexuales, Lugares, Muerte, Objetos, Ritos, Ropa, ornamentación y calzado, Sentido de la vista, Sentido del gusto, Sentido del oído, Sentido del olfato, Sentido del tacto, Sustancias y fluidos y Violencia.
Para que se hagan una idea cabal del contenido, aquí tienen la relación detallada de todas las entradas que componen uno de estos campos tomado al azar, no precisamente uno de los más extensos, Sustancias y fluidos: Afrodisíacos, Alveofilia, Baño, Clismafilia, Droga, Hematofilia, Ondinismo, Picacismo, Saliva, Salirofilia, Semen, Sudorofilia, Urofilia, Vampirismo, Virilidad. Cada una de estas entradas contiene una explicación detallada –y de este modo se informa uno, por ejemplo, de que la Alveofilia es la “atracción por mantener relaciones sexuales en una bañera”, práctica que “se halla ya en las antiguas culturas paganas”, y también de que el agua caliente “suele interpretarse en el psicoanálisis como un símbolo del cálido líquido amniótico del vientre materno”–. Hay además en cada ficha llamadas a otras entradas afines –en el caso de la Alorgasmia, a la Frigidez; en el de la Altocalcifilia, al Fetichismo–, y por supuesto diversos ejemplos gráficos escogidos del riquísimo patrimonio de la historieta internacional, que son la deliciosa almendra de todo el asunto. Obviamente figuran aquí ejemplos de los sospechosos habituales: Crepax, Elder y Kurtzman, Magnus, Manara, Nazario, Pichard, Thorne, Varenne, pero no solo. De Segar a Jiraiya, pasando por Raymond, Eisner, Forest, Buscema, Cadelo, Moore y Gebbie, Maruo o españoles como Vañó, Pons, Miralles y un larguísimo etcétera, todo dios sale retratado en la Enciclopedia erótica del cómic, unos en una postura y otros en otra, cada cual ilustrando su particular parafilia.
“Más allá de las limitaciones que padecen la fotografía y el cine”, afirman los autores en el texto La sexualidad en imágenes, que precede a la enciclopedia propiamente dicha, “los dibujantes de viñetas han elaborado un libérrimo imaginario de fantasías sexuales, inventivo y barroco, que ahora se despliega en todo su esplendor, por vez primera, ante los ojos del lector de este libro”. Lo que se dice un deleite visual, o mejor dicho, pictofilia.
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